Conforme avanza el desarrollo de las infraestructuras en el siglo XXI, resulta cada vez más relevante el concepto de sostenibilidad en la ingeniería civil. El sentido común que resulta del análisis reflexivo y basado en la experiencia a largo plazo prevalece, sobre el sentido desarrollista y, muchas veces, cortoplacista, de numerosas construcciones centenarias.

Sin embargo, detallando desde el punto de vista histórico de las infraestructuras, pone en relieve que muchas de aquellas que fueron abandonadas o relegadas a papeles secundarios por haber sido concebidas hace más de un siglo cobran un renovado interés. En efecto, a finales del XIX y principios del XX, la planificación de las infraestructuras se hacía con una visión más sosegada, a petición de las necesidades de articulación básica de la sociedad, en muchas ocasiones, esta visión del urbanismo y de la ordenación del territorio se ha mostrado interesante en el largo plazo y, después de ser olvidada en la segunda mitad del siglo XX, vuelve a revelarse como estratégica, ya sea bajo la misma visión que la vio nacer, o reconvertida con nuevos usos para las sociedades contemporáneas. Se puede ilustrar este punto de vista con varios casos de estudio internacionales.

En julio de 2021, la empresa nacional alemana encargada del mantenimiento de la infraestructura ferroviaria, Deutsche Bahn, anunció la reapertura de 1.300 km de vías abandonadas, y que estuvieron en servicio en la red nacional durante la primera parte del siglo XX. El plan incluía un presupuesto de 12.700 millones de euros, la contratación de 2.000 nuevos ingenieros civiles y 1.700 nuevos operarios de mantenimiento, además de la modernización de otros 1.900 km de vías anticuadas y la reparación de 140 puentes ferroviarios.

En abril de 2023, el gobierno municipal de Vancouver (Canadá), restauró un edificio de 108 años de antigüedad, y que era el punto de encuentro de los pasajeros que deseaban utilizar el viejo sistema de ferry que unía las dos partes de la ciudad, quedando obsoleto tras la construcción del Lions Gate Bridge en 1939. El lugar, que siguió siendo emblemático para la comunidad local, ha reabierto sus puertas como centro cívico y galería de arte, renovando sus usos para acomodarse a las nuevas necesidades de los habitantes de la moderna ciudad.

En Granada (España), la Universidad adquirió en 2021 la antigua Fábrica Azucarera de San Isidro, que estuvo operativa desde 1901 hasta 1984, y que por su importancia arquitectónica, antropológica e ingenieril fue declarada bien de interés cultural por el gobierno regional de Andalucía, la máxima categoría de protección del patrimonio cultural. Los edificios serán dedicados al uso educativo y de investigación, así como, residencias para estudiantes e investigadores. Asimismo, en la pequeña localidad cercana de Güéjar Sierra, el tradicional tranvía histórico de Sierra Nevada, que estuvo operativo entre 1925 y 1974, será puesto de nuevo en marcha con fines fundamentalmente turísticos, como anunció la autoridad municipal en marzo de 2023.

Como puede verse, en muchos casos las infraestructuras planificadas a comienzos del XX tuvieron en su origen estudios de necesidades importantes, ocupando lugares estratégicos y dando servicios que, incluso tras los últimos adelantos en la tecnología, han quedado sin respuesta en el siglo XXI. En otros casos, las edificaciones e infraestructuras ganaron importancia en el uso tradicional, en el imaginario social o como lugar de encuentro de la población, siendo atractivas para su reapertura con los mismos usos u otros muy distintos. Es, por tanto, merecida la reflexión del que estudia la historia de nuestras infraestructuras, pues bajo su razón de ser suele cobijarse un estudio sosegado y reflexivo de lugares interesantes, conexiones necesarias y usos estratégicos, y que la fiebre desarrollista nos hizo, en muchos casos, olvidar.

Notas de autor