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EL “TRABAJO DE CAMPO”, FUENTE PARA LA FORMACIÓN DE UN PROFESIONAL INTEGRAL MOTIVADO AL APOYO DE LA SALUD PÚBLICA
Cruz Manuel Aguilar
Cruz Manuel Aguilar
EL “TRABAJO DE CAMPO”, FUENTE PARA LA FORMACIÓN DE UN PROFESIONAL INTEGRAL MOTIVADO AL APOYO DE LA SALUD PÚBLICA
THE “FIELD WORK”, AS A SOURCE FOR THE FORMATION OF AN INTEGRAL PROFESSIONAL SUPPORTIVE OF PUBLIC HEALTH
Revista Venezolana de Salud Publica, vol. 7, núm. 2, 2019
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado
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Resumen: Se describe brevemente la importancia del “trabajo de campo” como actividad relevante en la formación integral de los profesionales de la salud con visión de apoyo a la Salud Publica. Se presentan los excelentes resultados obtenidos en el año 1990 con la XX Promoción de la Escuela de Bioanálisis, a través de la experiencia desarrollada por la Cátedra de Parasitología de la Universidad de Carabobo en su sede de Valencia, estado Carabobo. Venezuela.

Palabras clave:trabajo de campo, salud pública, educación, parasitología.

Abstract: The importance of “Field Work” as a relevant for activity in the comprehensive training of integral health professionals with a vision of public health support it’s briefly described. The excellent results obtained in 1990 with the XX promotion of the Shool of Biotechnology are presented, through the experience developed by the Parasitology Departament of the Carabobo University in Valencia, Carabobo State, Venezuela.

Keywords: field work, public health, education, Parasitology.

Carátula del artículo

Artículos Históricos

EL “TRABAJO DE CAMPO”, FUENTE PARA LA FORMACIÓN DE UN PROFESIONAL INTEGRAL MOTIVADO AL APOYO DE LA SALUD PÚBLICA

THE “FIELD WORK”, AS A SOURCE FOR THE FORMATION OF AN INTEGRAL PROFESSIONAL SUPPORTIVE OF PUBLIC HEALTH

Cruz Manuel Aguilar
Universidad de Carabobo. , Venezuela
Revista Venezolana de Salud Publica, vol. 7, núm. 2, 2019
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado

Recepción: 21 Septiembre 2019

Aprobación: 30 Octubre 2019

Corría el año de 1990, era Profesor de la Cátedra de Parasitología de la Universidad de Carabobo en Valencia, Venezuela y, frecuentemente, en la actividad docente del pregrado, teniendo contacto con grupos de estudiantes, principalmente, de Medicina y de Bioanálisis. Era una época de mucha actividad educativa con estos grupos de alumnos ya que tuvimos que duplicar las clases porque era el momento de la transición en el pase de la carrera de Medicina del régimen semestral al anual, por lo que, debido a la masificación, nos vimos en la necesidad de no realizar, provisionalmente, la actividad de los “trabajos de campo” ya que implicaba recarga de labores tanto para el personal docente como el técnico de laboratorio, limitar el gasto de insumos, además de tener que contar con vehículos de la institución con su chofer, (de Malariología e inspectores) para el traslado a las áreas endémicas de enfermedades parasitarias donde se ponía en contacto directo al estudiante con la realidad de la dinámica de transmisión de las parasitosis en las comunidades. Para realizar dicho trabajo, el cual consistía, luego de la selección de la localidad a estudiar, de una planificación previa con Malariología del estado Carabobo, institución que oficialmente llevaba el control de las enfermedades endémicas, para la obtención de datos de la población (por ejemplo: censo actualizado de habitantes y casas, mapas, croquis de la distribución de las casas numeradas, servicios de salud, vialidad, líderes comunitarios), selección de día y hora(s) para la realización del trabajo, contacto oportuno con los líderes comunitarios y el servicios de salud local para informar sobre la actividad e incorpora al personal a ella, apoyo logístico de los inspectores de Malariología para coordinar y avisar a la población el día, hora y las condiciones del estudio, repartir anticipadamente las cajitas de recolección (en el caso de muestras de heces), reforzar la supervisión de los diferentes grupos de estudiantes y profesores en el campo. Así, los profesores de la Cátedra, tenían que reunirse previamente con el Coordinador Docente de la actividad, para discutir dicha planificación y las labores a realizar, como: visita casa por casa debidamente numeradas, realización de encuesta epidemiológica por familia, nombre y apellido, edad, sexo, oficio, tiempo de residencia, procedencia, evaluación de las condiciones sanitarias de la vivienda, recolección de las muestras biológicas a analizar en los laboratorios de la Cátedra de acuerdo al censo y encuesta familiar; luego, informar y discutir esta planificación con los estudiantes. Toda la actividad se cumplía desde las primeras horas de la mañana del día acordado, hasta pasado el mediodía, cuando se almorzaba y se regresaba a los laboratorios de la Cátedra para examinar las muestras biológicas recolectadas (heces, sangre, biopsias, vectores, etc), transcribir los resultados, procesar estadísticamente los datos obtenidos por familia y en la población, analizarlos y luego buscar bibliografía sobre la temática para presentar y discutirla ampliamente, individualmente y en grupo, en reunión seminarial con día fijado, en las dos siguientes semanas, con la finalidad de ensamblar y discernir sobre la integralidad del “trabajo de campo” realizado, todo lo cual era evaluado.

Como se aprecia, lo que se denominaba “trabajo de campo” era una actividad epidemiológica en equipo que tendía a la formación integral del estudiante directamente con los habitantes de una población, al entrenamiento clínico de campo, de técnicas diagnósticas para la confirmación de las formas parasitarias causantes de infección o enfermedad, la entrega de resultados de los exámenes practicados a la familia con la educación sanitaria respectiva en el proceso, además de poder abordar y entender la complejidad de la existencia y persistencia de una o varias parasitosis circulando en una comunidad particular asociada a la existencia de una dinámica multifactorial, de condicionantes como, por ejemplo: la pobreza, marginalidad, hacinamiento, nivel educativo, higiene de los alimentos, creencias de los habitantes, organización familiar y social, higiene de los habitantes y las familias, modo de vida, salubridad de las casas, disposición de excretas y de basura, recursos disponibles (ingresos, agua, potable y servidas, vialidad, electricidad, escuela, atención médica, salubridad de las casas, etc), alimentación, riesgo de infectarse y enfermarse, dinámica de la infección y transmisión, animales domésticos dentro y fuera de la casa, fauna nociva tal como ratas, animales silvestres, vectores de enfermedades, etc 1,2. Todo esto, aparte de lo que significaba el primigenio abordaje epidemiológico de los alumnos e impacto social-afectivo-emocional, sentimental en cada estudiante en el contacto con las personas, familia y la población general, tomando en cuenta que muchos de ellos no habían visitado nunca ni establecido contacto con zonas marginales endémicas de cualquier parasitosis u otro problema de salud, por lo que este contacto significaba una experiencia única que siempre recordarían como una actividad que les dejó una huella inolvidable en su formación humana y profesional.

También hay que resaltar que, la actividad de “trabajo de campo” se encontraba incluida en el programa docente de la Cátedra de Parasitología desde la creación de la Facultad de Medicina, posteriormente, Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo, Venezuela, en los cursos de pregrado de Medicina, Bioanálisis, y luego, Enfermería, por lo cual el Dr. José Witremundo Torrealba, quien fue Jefe de ésta Cátedra desde sus inicios y por muchos años y posteriormente Decano de la Facultad (hasta 1981 cuando falleció precozmente a los 45 años), fomentó, organizó sistemáticamente y apoyó la ejecución de dichos trabajos 3. Con las anteriores referencias y retomando la cronología del inicio de ésta exposición, recuerdo especialmente que de todos los grupos con los cuales me involucré como Coordinador de esta actividad, hubo un Curso de Bioanálisis en 1990 de 82 estudiantes, correspondiente a la vigésima (XX) promoción (Figura 1), muy ávido de conocimientos, por ello, constituido por estudiantes muy despiertos, exigentes y entusiastas en el aprendizaje, quienes aún, entendiendo nuestras limitaciones para poder efectuar la actividad de “trabajo de campo”, nos plantearon el deseo de no obviarla y realizarla con ellos. La persistencia y motivación que colocaron en la concreción de ello, no era común, lo cual obró como un acicate para trabajar en conjunto, impregnados con actitudes tan positivas, estimulantes y deseables para nosotros como docentes. De los “trabajos de campo” realizados con ellos, recuerdo uno, sobre leishmaniasis cutáneo mucosa, que hicimos en la población de Urama en el estado Carabobo. Al final de la jornada en el caserío, luego del mediodía, en la propia Plaza Bolívar del pueblo, nos encontrábamos reunidos almorzando, sentados unos en el piso, en piedras o tronco de árbol, compartiendo desde la experiencia, con alegría y diversas anécdotas, hasta los diversos tipos de comida: criolla, italiana española, árabe, mixta, dulces, etc, llevada por los estudiantes, según sus preferencias y especialización culinaria familiar, eso fue un espectáculo en la población, y como telón de fondo estaba el autobús verde de la Universidad de Carabobo, con su nombre gravado en letras grandes, estacionado al margen de la plaza. Eso fue un agradable festín, no solamente de formación docente, sino que también involucraba a la investigación, la extensión-servicio a la comunidad, un compartir con calor humano. Este curso, quedó tan motivado y sensibilizado hacía la Parasitología y la Salud Pública, que conmigo, quien fungía en esa época como Representante Regional de la Sociedad Parasitológica Venezolana (SPV), organizamos un Curso sobre “Actualización de Enfermedades Parasitarias Tropicales” (Figura 2) al cual invitamos a científicos con prestigio en ducha especialidad, de diferentes instituciones del país, para que expusiesen temas sobre sus trabajos de investigación y la situación de las parasitosis como problemas de salud pública en Venezuela. El aporte económico solidario recaudado en la inscripción del evento, fue acordado para sufragar los gastos hechos en el Curso, y el resto, en un 60% para auspiciar las actividades de su futura graduación del XX Curso de Bioanálisis y, en un 40% las de la SPV. De la interacción mantenida entre los estudiantes de ésta promoción y profesores de la Cátedra, también se derivó la tutoría de varias tesis de grado de grupos de estudiantes, en la cual participé en una, resultando todas muy buenas debido al interés y excelente disposición mostrada por los estudiantes con la incorporación de la actividad de campo en las poblaciones a ser estudiadas, inclusive una de dichas tesis fue realizada por alumnos (Natalia Rivas, Dámaso Torrealba, Luis Traviezo y Sandro Yacutone) que por primera vez en la historia de la Escuela de Bioanálisis, lo hacían en otro Estado del país, y en una comunidad indígena del estado Amazonas 4. Pero, además de todo esto, como coronación de su actividad profesional, algunos de los miembros de éste curso eligieron, luego de graduados, su dedicación a la Parasitología como especialidad para ejercerla. investigar y, luego concursaron como Profesores Universitarios, tanto en la Universidad de Carabobo u otras Universidades a nivel Nacional e Internacional, lo cual fue excepcional entre las diferentes cohortes de estudiantes que habíamos atendido en los diferentes cursos en la Cátedra. Todos ellos, actualmente son excelentes profesionales, profesores universitarios, colegas, docentes-investigadores del pre y postgrado, con cargos relevantes en la Institución Universitaria, con publicaciones a nivel nacional e internacional, ya con títulos de 4º y 5º nivel, entre ellos recuerdo especialmente a: Carolina Cannova, PhD de la UCV, actual Docente-Investigadora del Departamento de Parasitología sede Carabobo de la UC; Elizabeth Ferrer, PhD de la Universidad Autónoma de Madrid, en el Instituto Carlos III de España, Profesora del Departamento de Parasitología, sede Aragua e Investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (BIOMED) de la UC;; Ana Rita de Lima, PhD en la Universidad Simón Bolívar, Profesora de la Escuela de Bioanálisis, sede Valencia e Investigadora del Instituto de Biología Molecular de Parásitos (BIOMOLP) de la UC; Adina Brett PhD de la Kent State University, Ohio USA (actualmente su línea de investigación involucra el estudio de tumores cerebrales en la Case Western Reserve University); Luis Traviezo Valles, MSc egresado del Posgrado de Protozoología, Núcleo “Rafael Rangel” de la ULA en el estado Trujillo, Docente-Investigador de la Unidad de Investigación en Parasitología Médica de la UCLA en Barquisimeto.

Éste relato, entre otros aspectos, muestra como el entusiasmo para aprender, superarse constantemente, formarse buscando la excelencia profesional y transmitirla a la actividad universitaria, ha sido una respuesta a lo que sembramos en ellos en cuanto, al esfuerzo al logro, la incentivación, las exigencias, orientación y apoyo en el crecimiento profesional, todo lo cual, impulsa a los alumnos a su realización, a descubrir y desarrollar su vocación para la docencia e investigación, en este caso de la Parasitología ligada a la Salud Pública, con una pasión inquebrantable de ser útiles a su familia, la sociedad, el país o en cualquier parte del mundo, en este caso, en el área de la salud y, sin duda, en la transmisión de estas experiencias, actualmente, a sus jóvenes alumnos, de lo cual, por compartirlo totalmente, hoy me siento orgulloso de haber participado en este proceso, incluyendo lógicamente la aleccionadora, útil a la comunidad y grata actividad de los “trabajos de campo”.



Figura 1. XX Promoción de Licenciados en Bioanálisis, Universidad de Carabobo, Venezuela. Foto de julio de 1992



Figura 2. Afiche del Curso sobre “Actualización de Enfermedades Parasitarias Tropicales”. Año 1992

Material suplementario
Referencias
1. OPS/OMS. 1.995. Desarrollo y Fortalecimiento de los Sistemas Locales de Salud-SILOS.2. Disponible en: https://www.worldcat.org
2. Londoño Fernández JL. Metodología de la Investigación Epidemiológica. Editorial Universidad de Antioquia. 1995. 271pp.
3. Dr. Witremundo Torrealba. La Universidad: Escuela de la Dignidad. Colección de Personajes Universitarios. N°3. 1997. Ediciones Secretaría de la Universidad de Carabobo. Oficina del Cronista Universitario. Valencia, Venezuela. 79 pp.
4. Rivas N, Torrealba D, Traviezo L, Yacutone S. Parasitosis Intestinal y Estado Nutricional en la Comunidad Indígena de Alcabala de Guahibos, TFA. 1992. Resúmenes XLII Convención Anual de la AsoVAC. Caracas. Pag 204.
Notas


Figura 1. XX Promoción de Licenciados en Bioanálisis, Universidad de Carabobo, Venezuela. Foto de julio de 1992


Figura 2. Afiche del Curso sobre “Actualización de Enfermedades Parasitarias Tropicales”. Año 1992
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